Uruguay se despidió del mundial FIFA de mayores Rusia 2018 mejorando claramente su intervención anterior en Brasil 2014. Esta de ahora paso a ser la 6ª. mejor ubicación en 13 asistencias mundialistas después de los 3 cuartos puestos de 1954, 1970 y 2010 y los títulos de 1930 y 1950. Además, la Selección vive su segunda mejor racha de intervenciones en torneos mundiales de la FIFA, luego de la seguidilla de participaciones – por ahora histórica – de cuatro consecutivas en 1962; 66; 70 y 74.
La derrota ante Francia en cuartos de final, – justificada en razón de la calidad exhibida por el rival – detonó la expectativa generada por la Selección Uruguaya que invitaba a experimentar la gratificante vivencia de que estuviera hasta el final en los escenarios rusos.
El equipo galo que dirige el campeón mundial Didier Deschamps, – ahora semifinalista – con una Selección de muy buenos jugadores naturalizados (14 de procedencia africana) pasó de ser aspirante al título a candidato y afrontó sin traumas un partido cuya síntesis en el desarrollo sería que, mientras Uruguay lo peleó, Francia lo jugó. Además, los franceses disfrutaron del beneficio de algunos errores celestes, que generalmente, pasan a ser la más evidente explicación a las derrotas.
Uruguay acusó demasiado la ausencia de Cavani, quien no pudo estar totalmente recuperado de su lesión en el gemelo. El equipo actuó condicionado por la falta de su goleador y a pesar de ello, nunca bajó los brazos priorizando el juego solidario. Sin embargo, la solvencia de Francia y una buena gestión de Lloris cuando pudo darse el empate sobre final del 1er tiempo. Para peor el error del arquero Muslera, en instancias donde el reloj intimaba a los Celestes que buscaban el empate, terminó por hacer rodar las ilusiones de llegar más lejos en la competencia.
Varias cosas quedan para analizar más allá de la derrota ante Francia.
Resulta incuestionable que fue durante el mundial que el entrenador fue acertando con el equipo a medida que avanzaba el torneo y reubicó incluso algunas piezas del formato inicial encontrando una fórmula mejor, que rindió ante Portugal su mejor examen y alcanzó un desempeño parejo individual y colectivo de alto nivel, no solamente por lo que mostró durante todo el juego, sino por la jerarquía del rival que revalorizó la obtención del lugar en cuartos de final.
Queda hacia el futuro, una camada de varios jóvenes que prometen ser la base del recambio generacional que comenzó sobre el final mismo de la ronda clasificatoria sudamericana, algunos vinculados al desarrollo del proyecto de Selecciones de Tabárez y otros que llegaron por mérito propio, indiscutible, ganado en base a desempeños excepcionales en Ligas europeas como Lucas Torreira y Maximiliano Gómez o el caso de Rodrigo Bentancur, que llega a la Sub 20 desde Argentina, sin haber pisado el fútbol de la capital. El fraybentino y el coloniense, pasaron a constituirse en jugadores base de la nueva versión de Uruguay.
Este proyecto que se inició en 2006 tiene en su haber dos semifinales de torneos FIFA de alta competencia como el Mundial de Sudáfrica 2010 y la Copa Confederaciones del 2013, dos finales juveniles en 2011 y 2013 a nivel Sub 17 y Sub 20 respectivamente. A nivel sudamericano un título Sub 20, y una clasificación a la competencia olímpica de fútbol de Londres 2012, donde -lamentablemente – no se respaldó al equipo técnico que alcanzó el cupo para que pudiera dirigir a los Sub23 durante los Juegos Olímpicos y no se respetó el rol de quienes lograron el acontecimiento del retorno del fútbol uruguayo después de 84 años de ausencias a los Juegos Olímpicos.
Posteriormente en 2015, no habiendo alcanzado el cupo para Río 2016 durante el Sub 20 realizado en nuestro país, la Selección Juvenil ingresa en el grupo escolta continental asignado a representar el fútbol olímpico regional interviniendo en los Panamericanos de Toronto, participación que logra culminar conquistando la medalla de oro.
La Selección Sub 17 no ha logrado calificar a los dos últimos mundiales FIFA respectivos tanto en Chile 2015 como en India 2017, habiendo terminado 6ª. en su última presencia que data del 2013 cuando el torneo llegó a los Emiratos Árabes Unidos.
El proyecto de Selecciones ha tenido todos los niveles. Altos y bajos, claros y oscuros. Pero un denominador común, el trabajo planificado desde una concepción de mantener el orden de tiempos y lugar de trabajo, la logística y el respeto por el grupo y reconquistar a la gente con la Selección, situaciones que todos reconocemos. Se recuperó una mística por la Selección y se reafirmó el sentido de pertenencia. No es poco. Tenemos un grupo humano extraordinario y se recuperó de los jugadores uruguayos el amor por su selección. Hubo victorias muy importantes de ésta selección de Tabárez. Pero también limitantes.
El fútbol que juega la Selección por múltiples factores ha pasado por diferentes etapas según las urgencias. Pero en general ha sido esencialmente defensivo, conservador y con escasa generación. Defiende, recupera, con dificultades de gestación y prefiere buenos defensas a jugadores habilidosos. El defender y minimizar las virtudes del rival es entendible en partidos ante rivales con características superiores a nuestra Selección, no ante todos. Y sin embargo ha sido una constante.
Los torneos cortos son de 7 partidos y las clasificatorias sudamericanas de 18 etapas. En torneos cortos (Mundiales; Copa América), empatar no es malo y en fases de eliminación directa incluso, permite ir a los tiempos extra y penales. Pero en torneos largos, – como las clasificatorias de Conmebol – dos empates o dos derrotas complican y si no se logra ganar siempre de local o sumar bastante a partir de ésa condición, se torna complejo y dificultoso llegar a clasificar a los Mundiales, excepto que de visitante se sume mucho. Quizás esto explica que recién en la pasada edición logramos el acceso directo al Mundial basado en los puntos obtenidos en casa y luego de tres repescas consecutivas. Dos de este proceso.
Por eso creemos que rescatando todo lo bueno realizado se puede capitalizar lo que ha quedado positivo y explorar la eventualidad de renovar también la parte técnica de la Selección para generar un cambio que no pretende olvidar ni enterrar lo ejecutado y consumado, sino buscar una nueva concepción con una propuesta diferente que pueda transformar su identidad futbolística y explotar los mejores recursos disponibles. Que los hay.
La Copa América está bien cerca y la ida a Catar empieza pronto.
Ernesto Ortíz – Presidente CPDU