¿Será que alguien nos puso la escalera para trepar a lo más alto?
¿Será que la renovación generacional trajo un aire insolente y libertino que resolvió tomar para si las responsabilidades dentro del campo y hacer que la Celeste siga quebrando estadísticas?
Recuerdo una frase del técnico de la Selección en el 2010 mientras se disputaba el Mundial en Sudáfrica, dijo “no vinimos a quebrar estadísticas”. Y ahora, en 2018, comenta que “las estadísticas están para romperlas”. Hay también una evolución en el pensamiento del entrenador. Pasamos de no pretenderlo a lograrlo.
Primero el 4º puesto en Sudáfrica siendo semifinalista después de 40 años, luego fue ganarles a europeos en el 2014 después de 44 años sin triunfos ante rivales del viejo mundo. Se venció nada menos que a dos campeones del Mundo con una diferencia de 5 días.
Luego, en este Mundial de Rusia, ganando los dos primeros partidos del grupo como no ocurría desde 1954, y más aún, con la victoria ante los locales que venían invictos y goleando, lograr un puntaje perfecto triunfando ante los tres rivales del grupo que nos tocó en el sorteo, y además, sumando goles a favor, sin recibirlos en arco propio.
Uruguay no ganaba una fase de grupos de un torneo sumando tres victorias en tres partidos (sin goles en contra) desde hacía 101 años (en la Copa América de 1917).
Parece que el transcurso de esta nueva etapa mundialista, sigue abonando la rica historia de nuestra Selección, para que los inventarios de datos se renueven – felizmente – a partir de poder caminar de la mano del encanto que llega tras los triunfos.
Lo que viene no es menor, todos tenemos una sana expectativa a partir de la nueva gestión futbolística, la nueva versión 2018, que comienza a traspasar la luz brillante de la eternidad y busca su lugar definitivamente dando paso a la reencarnación de lo mejor de nuestro linaje futbolero.
Tenemos que tener mesura, las etapas que vienen, es seguir o volver. Nos puede pasar lo peor, pero eso no quiere decir que haya una merma de la confianza. Nada de eso. Pero preparémonos por si algo no sale bien.
“Tenemos muchos sueños en nuestra cabeza” decía Tabárez luego de ganar el grupo en Sudáfrica 2010. Vale la pena evocar aquella frase, porque los sueños están vigentes, en todos, absolutamente todos.
Es hora que de afuera tomen nota que en este momento de alegría, hay millones de corazones en un pequeño punto del mapa, donde íntimamente creen, que a lo mejor, tal vez, alguien, nos está poniendo una escalera, – firme -, para trepar a lo más alto, justo, donde están esperando los guardianes de la gloria.
Ernesto Ortíz – Presidente del CPDU